viernes, 15 de febrero de 2013

Variedades principales

El botánico sueco Carolus Linnaeus clasificó la planta silvestre como Cannabis sativa en 1753 durante una expedición a las faldas del Himalaya en la India. Creía que se trataba de un espécimen único del género, una especie monotípica. Sin embargo, en 1785, en las Indias Orientales, el biólogo francés Jean Baptiste de Lamark descubrió y nombró una segunda especie: Cannabis indica. Hubieron de pasar 139 años hasta que se descubrió una tercera especie. En 1924 el botánico D. E. Janischevsky descubrió la Cannabis ruderalis en el sudeste de Rusia, especie menos conocida. C. sativa crece alta y con un ramaje poco denso, mientras que la especie C. indica es más pequeña, de forma más cónica o piramidal y de ramaje mas espeso. La C. ruderalis tambien es pequeña, pero con menos ramas. De las tres especies, la C. indica suele ser la mas popular, aunque en la actualidad existen variedades obtenidas de cruces entre C. sativa y C. indica.  En cuanto a la C. ruderalis suele destinarse a la elaboración de ropa, papel y otros productos, por lo que se le ha colgado la etiqueta de <>. La planta del cannabis es perenne y requiere poco espacio, crece con facilidad prácticamente en cualquier parte y no necesita pesticidas. Las raices de la marihuana se hunden profundamente en la tierra, y plantas que llevan hasta veinte años en el mismo suelo apenas lo han degradado, al contrario de lo que sucede con los cacahuetes, por ejemplo, que pueden destruir el contenido de nutrientes del suelo si se sobreexplota. A medida que las hojas del cannabis caen y se descomponen sobre la tierra, devuelven nitrógeno y minerales esenciales que benefician al suelo y a la planta. Incluso el tratamiento de los tallos y ramas para obtener pulpa devuelve los nutrientes esenciales a la tierra, y evitan que se tengan que emplear dañinos agentes químicos que la contaminen.

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